miércoles, 27 de julio de 2011

Vacaciones al más allá...


Cuatro amigos salen de vacaciones, Pedro, Tamara, Nicolás y Soledad, y deciden alquilar una casa en Cabo Polonio.

Una noche, después de la cena deciden jugar a un juego relacionado con espíritus.

Los jóvenes estaban muy entusiasmados y después de tener todo organizado deciden empezar, un juego llamado "El juego de la copa".

El juego se realiza, teniendo principalmente una copa, el abecedario, los números, y las palabras si y no. Pedro pidió para entrar y el espíritu se dirigió hacia el sí, y asi fue con los otros tres. Al pasar el tiempo, cada vez estaban más asustados; entonces Tamara y Soledad querían retirarse pero Nicolás y Pedro querían lo contrario, entonces empiezan a discutir.

Soledad, sin darse cuenta, patea la mesa y la copa sale despedida. Al mirar los cuatro al piso, se dan cuenta que están en grabes problemas, la copa estaba destruida, el espíritu estaba libre. Tres minutos después de un silencio absoluto las ventanas se abren y se cierran, las velas se apagan, el viento empieza a soplar más fuerte, cada vez peor.

Como los jóvenes no encuentran salida deciden acabar con sus vidas.


Manuel Sosa, Agustina Torres, Diego Velázquez y Ana Laura Fernández.

martes, 26 de julio de 2011

LA TRAGEDIA DE UN AMOR


Nooo.... sonaba con profunda tristeza y negación la voz de María. La noche era oscura y el viento soplaba muy fuerte, tanto, que podía arrancar los gajos de los árboles. De pronto se sintió tan vacía, tan llena de nada. La luna observaba seria, la luna no lo sentía ni un poco. Él daba su último esfuerzo perdido en la nada. Mientras, todo lo que había sido para ella una historia perfecta había terminado en el último intento. Eran las ocho de la mañana . Se la veía caminar por la calle, alegre, llena de vida y llena de esperanzas. Su sonrisa era como una luz brillante en la oscuridad, sus ojos llenos de magia. Todos la miraban con gran asombro al ver aquella muchacha y que una vez había sido una niña triste y solitaria, convertirse en una caja llena de alegrías y fantasía. El piso se veía mojado pero el sol estaba allí; las pobrezas de todos los días, las enfermedades, el vicio, el poder. Pero ella solo pensaba en una cosa, en nada. Se sentía feliz y nada lo podía cambiar. De pronto se detuvo, y abrió una portera de madera vieja, pintada de azul, llegó saltando; se paró frente a la cama y suspiró  luego se dejó caer por el peso de su cuerpo. Lo miró y le sonrío  toda su alegría se resumía en aquel intercambio de miradas. Rato después se retorcía de dolor, cualquier persona que hubiese visto aquella situación habría entrado en pánico.
Pero aún así, aún teniendo marcas en su espalda ella se sentía feliz y afortunada de tener aquel amor. Se encontraron sentados en un rincón viendo la luna en aquella noche fría y oscura. Él la miró y dijo aquellas palabras, las únicas palabras que podían hacer que todo cambiara como en un pase de magia .. Y así, exactamente as lo dijo: -Tu no eres nada María, tienes mucha suerte de estar conmigo. Pero no tanta como para ser la única en recibir mi amor. Y alise encontraba María completamente desconcertada y desvalorada. Sentía que podía soportar los golpes y las heridas, esas cicatrizarían pronto; pero las heridas del corazón las heridas del corazón no sanan" pensó ella. Corrió al agua y lo miró con una mirada desafiante, él fue detrás de ella y se envolvieron en un beso profundo. El viento se quejaba. Pero luego, ella lo sorprendió tomándolo con fuerza y hundiéndolo por completo en el agua.



Luana De Ávila y Marcia San Martín.