-Muy bien Carlitos, pero encabulao. Dime una cosa ¿tu sabes que es eso de aratirí? Que estos días se habla, pregunto Bernardo – muro por medio.
-Si, sobre las minas que habría en la zona de Valentines.
-A, pero deben de estar muy buenas por que todo el mundo habla de ellas.
-No Bernardo-respondió Carlos-no son mujeres, minas de hierro de extracción de acero Bernardo.
-Déjense de embromar, que va a ver acero en Uruguay, algún inorante a encontrado algún trabuco enterrado de la época que Sarabia peleaba por aquella zona y de ahí a salido con ese bolazo,-comento Bernardo mientras tomaba la escoba para empezar a barrer el patio.
-No Bernardo, escúcheme, en esa zona se a confirmado si, que es muy rica en acero y también habría otros metales de mucho valor comercial. Bueno y eso es la empresa que estaría sacando ese material.
Bernardo al escuchar ese comentario abrió grandes los ojos mostrando mucho interés por lo que escuchó, largó la escoba se afirmó en el muro y comentó-bueno puede ser, tu no escuchaste hablar del viejo del arroyo de oro, aquel de Dionicio Díaz, bueno desde esa época ya se hablaba es cierto, pero dígame una cosa como sacan ese material.
-Hacen unos posos de 4Km por 2Km y trecientos metros de profundidad.
-El dueño de la fabrica de palas lo que se va a llevar de plata con tamaño agujero-Comento el nieto de Bernardo que escuchaba algo distante e incrédulo.
-Cállese-Le replicó Bernardo y preguntó-¿Y los que están ahí arriba que pasa?.
-Desaparecen-Contesto Carlos.
-¿Y la tierra que sacan? O es todo acero.
-La tiran a un costado y queda el montón.
-¿Y con el acero que vamos a hacer?, por que si es así debe ser mucha riqueza ¿no?
-No vamos a hacer, lo llevan todo para la China Bernardo.
-Pero como eso es como cuando los conquistadores le llevaban las riquezas a los indios, no puede ser y ustedes lo mas entendidos no van a hacer algo para impedirlo. Déjense de joder con el progreso y sigamos ahí criando vacas y plantando comida. Me boy a hacer mis cosas después seguimos conversando pero esto es pura maldad.
Federico Rodríguez y Matias Yannuzzi
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